sábado, 17 de abril de 2010

Más, sin embargo esa eyaculación no fue suficiente, el tener sus labios tan suaves alrededor de mi pene lo hicieron parecer una barra de acero al rojo vivo. ¡¡Sentí la palpitación de mis aguacates deseando descargar más semen sin importar lo adolorido que me encontraba por las masturbaciones mientras la esperaba!!
No pude más, la empujé y tiré boca abajo sobre la cama sin darle oportunidad, arranque sus pantalones y a ella parecía exitarle eso pues aún no la penetraba y ya gemía, me hizo sentirme más excitado así que sin pensarlo tomé mi ardiente pene y lo coloqué entre sus nalgas que se encontraban ya escurriendo de sed y lo empujé con toda mi fuerza y sentí como iba entrando y expandiendo sus paredes al mismo tiempo que ella se contraía por dentro y se chorreaba bañando no sólo mi pene si no también mis aguacates ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario